domingo, 3 de junio de 2012

Conociendo México DF

Mi primer viaje a este colorido país fue hace tan solo dos meses atrás. Como lo que más me gusta en esta vida es viajar y la vida de turista, decidí organizar un viaje a México. Previamente había leído en varias notas turísticas que este país es en Latinoamérica el que más turistas de todo el mundo recibe. Así fue como me pregunté que tendrá de atractivo este país. Luego tras una simple lectura acerca de México, comprendí porque tantos turistas deciden organizar sus vacaciones en este país tan rico en lo cultural, gastronómico y sobre todo histórico. Organice mi viaje en torno a la ciudad de México por la simple razón de que me considero un ser esencialmente urbano y esta ciudad con su rica historia merecía mi especial atención. Quien viaje a esta ciudad capital deberá tener muy en claro en qué zona o barrio deseara hospedarse, debido a que es una ciudad realmente enorme, así como también los hoteles en México DF cuentan con una oferta muy amplia. Yo decidí hospedarme en la zona céntrica, debido a que en sus alrededores se concentran la mayor cantidad de sitios históricos y turísticos que se deben visitar en forma obligada. Para comenzar, un paseo por el Zócalo y centro histórico son una opción excelente. Esto les puede llevar medio día como mínimo sin entrar ni pararse mucho en ningún lado. Desde al zócalo y alrededores hasta la Alameda central están los edificios históricos más bonitos, sobre todo en las calles Tacuba, Madero y 5 de mayo (en México dicen “la calle de Tacuba, de Madero, etc.”). En la Alameda está el museo mural de Diego Rivera y uno de los mejores lugares para comer comida callejera: los alrededores de la estación de metro Hidalgo y la calle Balderas. Otro paseo muy bueno, que incluso lo pueden enganchar a una cuadra de la Alameda es el paseo de la Reforma. Se puede hacer a pie o en algún vehículo, incluso en Metrobus que es muy barato. Un capítulo aparte es la comida y podría decirles que vale la pena ir a México tan solo para saborear sus platos típicos y ¡nada más!

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